La vida de este creador de videojuegos ha sido, como mínimo, apasionante desde todo punto de vista. Primero que nada, uno tiene que saber que no se trata de una persona educada en el medio. Por el contrario, este muchacho canadiense supo formarse en dos áreas artísticas antes de entrar de lleno al mundo de los videojuegos. Recién tras recibir sus diplomas en literatura y estudios cinematográficos comenzó a trabajar para la corporación Ubisoft, primero en títulos de segunda línea, para luego llegar a participar en un clásico como Prince of Persia: The Sands of Time.
Claro que su consagración definitiva llegó de la mano de la fenomenal saga Assassin’s Creed, cuya única visión creativa contribuyó para dar vida a uno de los juegos más trascendentes de los últimos años. Para colmo, las dos secuelas que salieron al mercado no sólo superaron al original, sino que marcaron un punto de inflexión artístico. Quien haya jugado Assassin’s Creed: Brotherhood sabe a lo que me refiero. Pero cuando nada podría ir mejor, el señor Désilets se cansó de los videojuegos, de la industria. Es así como el año pasado, y tras finalizar su trabajo en el título que mencionaba previamente, decidió renunciar a su puesto en Ubisoft. El tema es que luego de un tiempo sin novedades, comenzaron a surgir los rumores no sólo de que Patrice volvería al ruedo, sino que lo haría para otra compañía. Más precisamente para THQ. No tardó en confirmarse la noticia, y desde hace ya unos meses que se sabe que Désilets encabezará un nuevo estudio –subsidiario de THQ-, basado en su Montreal natal.
Pues bien, el eje de la cuestión está en que el nuevo estudio de este desarrollador todavía no comenzó a operar, y de momento se encuentra buscando personal adecuado. ¿Y qué personal sería más adecuado que los antiguos colegas de la corporación Ubisoft? De ese modo, algunos empleados que en su momento trabajaron en la saga Assassin’s Creed renunciaron a sus puestos para así reunirse nuevamente con esa llamarada de creatividad que lleva por nombre Patrice Désilets. Sin embargo, Ubisoft decidió no quedarse con los brazos cruzados mientras su personal más calificado se cambia de bando. De este modo decidieron ampararse en las cláusulas contractuales de no competencia que estaban establecidas en los contratos de dichos empleados. A tal punto llegó la disputa, que la semana pasada la Suprema Corte de Justicia de Quebec decidió otorgarle una medida cautelar a Ubisoft para evitar que sus empleados se incorporasen a las filas de THQ.
A todo esto, y desde un apartado jurídico, estamos en una colisión de derechos. Por un lado está la cláusula contractual, supuestamente elegida de modo libre, y que juega a favor de la gente de la corpo Ubisoft. Pero por otro lado tenemos el derecho de libertad de trabajo de todo ciudadano, por lo que en definitiva será la justicia la que determine cuál prevalece, según las normas –en principio- canadienses. Veremos qué sucede en las próximas semanas, ya que la idea de THQ es la de brindarle a Désilets todas las comodidades en su nueva empresa. Y entre esas comodidades estaría, claro está, la de trabajar con gente de confianza. Sea como sea, estamos adentrándonos en otro capítulo en la vida de este genial artista, que casi con seguridad volverá a revolucionar el mundo de los videojuegos en los próximos años (o al menos levar la calidad de THQ, casi siempre caracterizado por contar con videojuegos intrascendentes y a veces mediocres).
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ResponderEliminaraqui teneis un vdeo de assassin´s creed la hermandad: http://www.youtube.com/watch?v=9MJxFLHPT8o&feature=colike
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